Arrasa “Estrellas del Bicentenario”

Me declaro fan, seguidora y amante de los spots de Televisa para conmemorar el Bicentenario de nuestra independencia dirigidos y producidos por Pedro Torres, en conjunto con The Mates Group.

Son una maravilla que a muchos nos ha fascinado, y digo muchos porque soy testigo del gusto por tantas personas a cerca de este trabajo reflejados en las redes sociales, siempre al pendiente, preguntando por los detalles y sobre todo felicitando esta gran producción, que ha dado mucho de qué hablar.

Fue una gran sorpresa ver en nuestros televisores cuando inicio esta campaña con las imágenes del estado de Chihuahua, seguido de Tamaulipas y después vendría Sinaloa. Y a la par de que México se detenía a disfrutar de estas escenas naturales que nos llenan de orgullo; no faltaron quienes decían que no los hacía Televisa; quienes cuestionaban porque aquellas muchachas y no una por cada estado; que si eran modelos y no chicas comunes y corrientes; que no estarían todos los estados (y la razón es más bien por razones políticas) y el más polémico de los comentarios, cuando algunos mencionaban que era una vil copia de “ashes and snow” del fotógrafo Gregory Colbert.

Este fotógrafo muestra en su trabajo y en videos que ha realizado a personas junto con animales interactuando en escenarios naturales, mostrando su belleza e inspirando emociones.

Y sí, en efecto, en Estrellas del Bicentenario podemos ver todo lo anterior, pero no por eso ha de ser una copia. Pienso yo, se trata de una falta de visión, no de los spots de Estrellas del Bicentenario, sino de quienes piensan que este trabajo no es original. Proyecto que nació bajo una idea diferente.

El concepto, lo que me transmite Estrellas del Bicentenario, va mas allá de mostrar lugares hermosos e inimaginables que desconocíamos que existían en nuestro país, no sólo era poner a jovencitas posando en las laderas, tocando a los animales y poniendo su bonita cara.

Estrellas del Bicentenario representa el orgullo por esta tierra. Es emocionarnos al ver El Divisadero y querer estar ahí, es saber que El Cielo no solo está al mirar arriba, sino también en Tamaulipas; a quedarnos boquiabiertos con las dunas sinaloenses; es pensar que no son tres jóvenes en pasarela, son jóvenes que demostraron su sensibilidad y que fluyen con el entorno que vemos en pantalla. No son cuerpos ajenos, sino más bien, están en sintonía con el paisaje y forman parte de él.

Para mí representan el espíritu de la mexicanidad, porque así me lo han hecho sentir, ese espíritu que recorre los parajes mas recónditos de nuestro México, un espíritu humano que nos invita a sentirnos como si estuviéramos en ese lugar y ser testigos de nuestra riqueza en muchos aspectos, como estar en contacto con los indígenas de la Sierra Tarahumara o los mayas de Yucatán.

Es poder apreciar a nuestra gente trabajadora, como quienes aparecen en la escena del Tren Chepe en Sinaloa, a admirar las proezas de los mexicanos en un medio de transporte que une a Chihuahua y al Pacífico. A sentir el orgullo de un hombre mayor al estar en la cima del faro de la isla de Holbox en Quintana Roo; a respetar la danza del venado y los rituales de los indígenas de Monte Albán; la grandeza del Tajín y transportarnos al Convento de los Dominicos.

Es mostrar los animales que habitan en México, que aunque cierto son amaestraos, al verlos en pantalla nos hace sentir comprometidos a cuidarlos y a cuidar el medio en el que viven; es ver al portentoso jaguar y sorprendernos con las tomas del corcel negro, a los flamingos y la guacamaya, al puma en el desierto y al manatí de nuestras lagunas.

Alguien me comentó que debieron haber estado vestidas con el traje típico de cada uno de los estados y una vez más, los invito a ver más allá; esta campaña ya se había hecho antes, con Eugenia Cauduro quien vestía con trajes típicos. ¿Para qué repetir lo mismo?

Y lo más importante, el concepto es diferente, no es una muchacha vestida con traje oaxaqueño bailando en la Guelaguetza; es una joven abrazando las cascadas petrificadas, quizás querían ver a la otra modelo lanzándose al cenote con todo y traje típico yucateco ó tal vez quererla ver mojando el traje de veracruzana en la caída del Salto de Eyipantla.

Ha elevado tanto nuestras expectativas que muchos nos sentimos directores y cuestionamos por qué no lo hicieron de una u otra forma.

Estrellas del Bicentenario es como tenía que ser, una gran producción llena de paisajes naturales hermosos; con tres mexicanas en sinergia con la naturaleza y los animales; una edición excelente, un trabajo profesional; unas voces sorprendentes con música especial para cada uno de los spots y las letras en sus respectivos dialectos, ya fuera raramuri, maya o zapoteco. Arte en nuestras pantallas que de verdad dice, esto es México… una estrella más del Bicentenario.