En este 2010 es incorrecto celebrar el Bicentenario. Así lo dicen quienes se creen los autores absolutos de este descubrimiento, y la verdad es que no cuesta mucho darse cuenta para quienes tienen un mínimo de sentido común y cultura general, digo, si se dicen mexicanos.
Lo externan como si fuera un hallazgo de la década: que el verdedaro Bicentenario debería de celebrarse el 27 de septiembre de 2021, porque nuestra independencia se consumó con la firma de los Tratados de Córdoba y con la entrada del ejercito trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, que hasta ese entonces deberíamos de celebrar.
En este post, lejos de discutir la fecha exacta de la celebración y de reconocer o cuestionar si es que en verdad tenemos algo que celebrar como otros tantos alegan, simplemente creo, que si de fechas se trata, ¿qué hay de malo en querer celebrar el doscientos aniversario del inicio del moviemiento de independencia de nuestro país?
¿En qué se parece una mujer golpeada y el grito de dolores? A manera de metáfora, simplemente pienso con seguridad:
Una mujer que ha sido golpeada, herida en su dignidad y sufrido vejaciones ha de recordar, no tanto el día que firmo un papel de divorcio, si no el día que decidió ya no sufrir más violencia, subyugada bajo la opresión y maltratos de su marido y luchar por una vida diferente. Celebra el día que decidió gritar por su libertad.
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