Resulta interesante el saber de dónde provienen algunas de las palabras que escuchas a diario. Yo no soy tabasqueña, y aunque llevo ya varios años viviendo en este estado, no he adquirido sus modismos. Sin embargo, cada vez que me encuentro fuera del estado me hacen preguntas como: ¿Por qué los tabasqueños dicen “adiu” en vez del adiós? O ¿Por qué en Tabasco hay muchas personas con nombres un poco inusuales?
Bueno, para los que no lo saben ahí les va…
Para cuando estaba Tomás Garrido Canabal en el poder sucedieron muchas cosas y cambios en el estado. Este cacique –que por cierto, no era tabasqueño- trabajó desde joven en pro del socialismo en Yucatán y Campeche, para después ingresar al gobierno tabasqueño. Cuando Carlos Green fue sustituido, Garrido lo remplazó interinamente, para después hacerse el gobernador constitucional.
Se propuso “educar” a sus gobernados, empezando por erradicar la religión, el alcohol y el analfabetismo. Entonces pues, obligaba al pueblo a ciertas cosas como: comer carne en días de vigilia, no mencionar la palabra dios –tome nota-, y los monumentos y símbolos religiosos. Así, cuando quiso erradicar el alcohol, no prohibió su venta el principio, pero sus medidas eran otras: mandar a quitar las puertas de las cantinas, para que los bebedores quedaran expuestos –por eso las antiguas no tienen puertas-, las barras tenían que medir ya fuese 1.70 o menos de 70cm para que así el bebedor estuviera incómodo. Después de este circo, prohibió la venta y distribución totalmente.
El punto es que, los tabasqueños se vieron obligados a sustituir la palabra “adiós” por “adiu” para evitar la mención de dios, entonces lo que empezó por necesidad se convirtió en una parte característica de su cultura. De la misma manera, estaban prohibidos los nombres católicos, entonces si uno tenía un hijo durante el gobierno de Garrido, tenía que buscar uno que no fuese religioso, he aquí cuando surgen las olas de nombres…diferentes. Oustocio, Darvelio, Telesforo, Anastacio, Cliserio, Esplinio, Espirindion, fueron algunos de los nombres que se otorgaban el momento de nacer, mismos que con el paso de los años, los padres se los reponían a los hijos y asi sucesivamente, hasta que el día de hoy nos encontramos con gente que porta aquellos nombres garridistas.
¿Culpa de los padres? ¿O de Garrido? Juzgue usted…¡Adiu!
